Jeremias 7Jeremias 8Juan 6.25-59Jeremias 7
1
PALABRA que fué de Jehová á Jeremías, diciendo:
2
Ponte á la puerta de la casa de Jehová, y predica allí esta palabra, y di: Oid palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar á Jehová.
3
Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar.
4
No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es éste.
5
Mas si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras si con exactitud hiciereis derecho entre el hombre y su prójimo,
6
Ni oprimiereis al peregrino, al huérfano, y á la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro
7
Os haré morar en este lugar, en la tierra que dí á vuestros padres para siempre.
8
He aquí vosotros os confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan.
9
¿Hurtando, matando, y adulterando, y jurando falso, é incensando á Baal, y andando tras dioses extraños que no conocisteis,
10
Vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos: para hacer todas estas abominaciones?
11
¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa, sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo veo, dice Jehová.
12
Andad empero ahora á mi lugar que fué en Silo, donde hice que morase mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel.
13
Ahora pues, por cuanto habéis vosotros hecho todas estas obras, dice Jehová, y bien que os hablé, madrugando para hablar, no oísteis, y os llamé, y no respondisteis
14
Haré también á esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, en la que vosotros confiáis, y á este lugar que dí á vosotros y á vuestros padres, como hice á Silo:
15
Que os echaré de mi presencia como eché á todos vuestros hermanos, á toda la generación de Ephraim.
16
Tú pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues porque no te oiré.
17
¿No ves lo que estos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalem?
18
Los hijos cogen la leña, y los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas á la reina del cielo y para hacer ofrendas á dioses ajenos, por provocarme á ira.
19
¿Provocaránme ellos á ira, dice Jehová, y no más bien obran ellos mismos para confusión de sus rostros?
20
Por tanto, así ha dicho el Señor Jehová: He aquí que mi furor y mi ira se derrama sobre este lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo, y sobre los frutos de la tierra y encenderáse, y no se apagará.
21
Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed carne.
22
Porque no hablé yo con vuestros padres, ni les mandé el día que los saqué de la tierra de Egipto, acerca de holocaustos y de víctimas:
23
Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré á vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo y andad en todo camino que os mandare, para que os vaya bien.
24
Y no oyeron ni inclinaron su oído antes caminaron en sus consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante,
25
Desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Y os envié á todos los profetas mis siervos, cada día madrugando y enviándolos:
26
Mas no me oyeron ni inclinaron su oído antes endurecieron su cerviz, é hicieron peor que sus padres.
27
Tú pues les dirás todas estas palabras, mas no te oirán aun los llamarás, y no te responderán.
28
Les dirás por tanto: Esta es la gente que no escuchó la voz de Jehová su Dios, ni tomó corrección perdióse la fe, y de la boca de ellos fué cortada.
29
Trasquila tu cabello, y arrójalo, y levanta llanto sobre las alturas porque Jehová ha aborrecido y dejado la nación de su ira.
30
Porque los hijos de Judá han hecho lo malo ante mis ojos, dice Jehová pusieron sus abominaciones en la casa sobre la cual mi nombre fué invocado, amancillándola.
31
Y han edificado los altos de Topheth, que es en el valle del hijo de Hinnom, para quemar al fuego sus hijos y sus hijas, cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón.
32
Por tanto, he aquí vendrán días, ha dicho Jehová, que no se diga más, Topheth, ni valle del hijo de Hinnom, sino Valle de la Matanza y serán enterrados en Topheth, por no haber lugar.
33
Y serán los cuerpos muertos de este pueblo para comida de las aves del cielo y de las bestias de la tierra y no habrá quien las espante.
34
Y haré cesar de las ciudades de Judá, y de la calles de Jerusalem, voz de gozo y voz de alegría, voz de esposo y voz de esposa porque la tierra será en desolación.
topoJeremias 8
1
EN aquel tiempo, dice Jehová, sacarán los huesos de los reyes de Judá, y los huesos de sus príncipes, y los huesos de los sacerdotes, y los huesos de los profetas, y los huesos de los moradores de Jerusalem, fuera de sus sepulcros
2
Y los esparcirán al sol, y á la luna, y á todo el ejército del cielo, á quien amaron, y á quienes sirvieron, y en pos de quienes anduvieron, y á quienes preguntaron, y á quienes se encorvaron. No serán recogidos, ni enterrados: serán por muladar sobre la haz de la tierra.
3
Y escogeráse la muerte antes que la vida por todo el resto que quedare de esta mala generación, en todos los lugares á donde los arrojaré yo á los que quedaren, dice Jehová de los ejércitos.
4
Les dirás asimismo: Así ha dicho Jehová: ¿El que cae, no se levanta? ¿el que se desvía, no torna á camino?
5
¿Por qué es este pueblo de Jerusalem rebelde con rebeldía perpetua? Abrazaron el engaño, no han querido volverse.
6
Escuché y oí no hablan derecho, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió á su carrera, como caballo que arremete con ímpetu á la batalla.
7
Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida mas mi pueblo no conoce el juicio de Jehová.
8
¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová es con nosotros? Ciertamente, he aquí que en vano se cortó la pluma, por demás fueron los escribas.
9
Los sabios se avergonzaron, espantáronse y fueron presos: he aquí que aborrecieron la palabra de Jehová ¿y qué sabiduría tienen?
10
Por tanto daré á otros sus mujeres, y sus heredades á quien las posea: porque desde el chico hasta el grande cada uno sigue la avaricia, desde el profeta hasta el sacerdote todos hacen engaño.
11
Y curaron el quebrantamiento de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz y no hay paz.
12
¿Hanse avergonzado de haber hecho abominación? Por cierto no se han corrido de vergüenza, ni supieron avergonzarse caerán por tanto entre los que cayeren, cuando los visitaré: caerán, dice Jehová.
13
Cortarélos de por junto, dice Jehová. No habrá uvas en la vid, ni higos en la higuera, y caeráse la hoja y lo que les he dado pasará de ellos.
14
¿Sobre qué nos aseguramos? Juntaos, y entrémonos en las ciudades fuertes, y allí reposaremos: porque Jehová nuestro Dios nos ha hecho callar, y dádonos á beber bebida de hiel, porque pecamos contra Jehová.
15
Esperamos paz, y no hubo bien día de cura, y he aquí turbación.
16
Desde Dan se oyó el bufido de sus caballos: del sonido de los relinchos de sus fuertes tembló toda la tierra y vinieron y devoraron la tierra y su abundancia, ciudad y moradores de ella.
17
Porque he aquí que yo envío sobre vosotros serpientes, basiliscos, contra los cuales no hay encantamiento y os morderán, dice Jehová.
18
A causa de mi fuerte dolor mi corazón desfallece en mí.
19
He aquí voz del clamor de la hija de mi pueblo, que viene de la tierra lejana: ¿No está Jehová en Sión? ¿no está en ella su Rey? ¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes de talla, con vanidades ajenas?
20
Pasóse la siega, acabóse el verano, y nosotros no hemos sido salvos.
21
Quebrantado estoy por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo entenebrecido estoy, espanto me ha arrebatado.
22
¿No hay bálsamo en Galaad? ¿no hay allí médico? ¿Por qué pues no hubo medicina para la hija de mi pueblo?
topoJuan 6
25-59
25
Y hallándole de la otra parte de la mar, dijéronle: Rabbí, ¿cuándo llegaste acá?
26
Respondióles Jesús, y dijo De cierto, de cierto os digo, que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os hartasteis.
27
Trabajad no por la comida que perece, mas por la comida que á vida eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará: porque á éste señaló el Padre, que es Dios.
28
Y dijéronle: ¿Qué haremos para que obremos las obras de Dios?
29
Respondió Jesús, y díjoles: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.
30
Dijéronle entonces: ¿Qué señal pues haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obras?
31
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dió á comer.
32
Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dió Moisés pan del cielo mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo.
33
Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.
34
Y dijéronle: Señor, danos siempre este pan.
35
Y Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida: el que á mí viene, nunca tendrá hambre y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
36
Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.
37
Todo lo que el Padre me da, vendrá á mí y al que á mí viene, no le hecho fuera.
38
Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, mas la voluntad del que me envió.
39
Y esta es la voluntad del que me envió, del Padre: Que todo lo que me diere, no pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero.
40
Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero.
41
Murmuraban entonces de él los Judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendí del cielo.
42
Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido?
43
Y Jesús respondió, y díjoles: No murmuréis entre vosotros.
44
Ninguno puede venir á mí, si el Padre que me envió no le trajere y yo le resucitaré en el día postrero.
45
Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados de Dios. Así que, todo aquel que oyó del Padre, y aprendió, viene á mí.
46
No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios, éste ha visto al Padre.
47
De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.
49
Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y son muertos.
50
Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él comiere, no muera.
51
Yo soy el pan vivo que he descendido del cielo: si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
52
Entonces los Judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos su carne á comer?
53
Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros.
54
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero.
55
Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
56
El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
57
Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
58
Este es el pan que descendió del cielo: no como vuestros padres comieron el maná, y son muertos: el que come de este pan, vivirá eternamente.
59
Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum.
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