El que sacrifica alabanza me honrará: Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salud de Dios. Salmo 50.23
Leitura diária na versão Rayana Valera - Español


Cantares 3
Cantares 4
Cantares 5
Filipenses 2.19->
Filipenses 3.1-11

Cantares 3


1
POR las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma: Busquélo, y no lo hallé.
2
Levantaréme ahora, y rodearé por la ciudad Por las calles y por las plazas Buscaré al que ama mi alma: Busquélo, y no lo hallé.
3
Halláronme los guardas que rondan la ciudad, Y díjeles: ¿Habéis visto al que ama mi alma?
4
Pasando de ellos un poco, Hallé luego al que mi alma ama: Trabé de él, y no lo dejé, Hasta que lo metí en casa de mi madre, Y en la cámara de la que me engendró.
5
Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalem, Por las gamas y por las ciervas del campo, Que no despertéis ni hagáis velar al amor, Hasta que quiera.
6
¿Quién es ésta que sube del desierto como columnita de humo, Sahumada de mirra y de incienso, Y de todos polvos aromáticos?
7
He aquí es la litera de Salomón: Sesenta valientes la rodean, De los fuertes de Israel.
8
Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra Cada uno su espada sobre su muslo, Por los temores de la noche.
9
El rey Salomón se hizo una carroza De madera del Líbano.
10
Sus columnas hizo de plata, Su respaldo de oro, su cielo de grana, Su interior enlosado de amor, Por las doncellas de Jerusalem.
11
Salid, oh doncellas de Sión, y ved al rey Salomón Con la corona con que le coronó su madre el día de su desposorio, Y el día del gozo de su corazón.

topo

Cantares 4


1
HE aquí que tú eres hermosa, amiga mía, he aquí que tú eres hermosa Tus ojos entre tus guedejas como de paloma Tus cabellos como manada de cabras, Que se muestran desde el monte de Galaad.
2
Tus dientes, como manadas de trasquiladas ovejas, Que suben del lavadero, Todas con crías mellizas, Y ninguna entre ellas estéril.
3
Tus labios, como un hilo de grana, Y tu habla hermosa Tus sienes, como cachos de granada á la parte adentro de tus guedejas.
4
Tu cuello, como la torre de David, edificada para muestra Mil escudos están colgados de ella, Todos escudos de valientes.
5
Tus dos pechos, como dos cabritos mellizos de gama, Que son apacentados entre azucenas.
6
Hasta que apunte el día y huyan las sombras, Iréme al monte de la mirra, Y al collado del incienso.
7
Toda tú eres hermosa, amiga mía Y en ti no hay mancha.
8
Conmigo del Líbano, oh esposa, Conmigo ven del Líbano: Mira desde la cumbre de Amana, Desde la cumbre de Senir y de Hermón, Desde las guaridas de los leones, Desde los montes de los tigres.
9
Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía Has preso mi corazón con uno de tus ojos, Con una gargantilla de tu cuello.
10
¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores, Y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!
11
Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa Miel y leche hay debajo de tu lengua Y el olor de tus vestidos como el olor del Líbano.
12
Huerto cerrado eres, mi hermana, esposa mía Fuente cerrada, fuente sellada.
13
Tus renuevos paraíso de granados, con frutos suaves, De cámphoras y nardos,
14
Nardo y azafrán, Caña aromática y canela, con todos los árboles de incienso Mirra y áloes, con todas las principales especias.
15
Fuente de huertos, Pozo de aguas vivas, Que corren del Líbano.
16
Levántate, Aquilón, y ven, Austro: Sopla mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado á su huerto, Y coma de su dulce fruta.

topo

Cantares 5


1
YO vine á mi huerto, oh hermana, esposa mía: Cogido he mi mirra y mis aromas He comido mi panal y mi miel, Mi vino y mi leche he bebido. Comed, amigos Babed, amados, y embriagaos.
2
Yo dormía, pero mi corazón velaba: La voz de mi amado que llamaba: Abreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las gotas de la noche.
3
Heme desnudado mi ropa ¿cómo la tengo de vestir? He lavado mis pies ¿cómo los tengo de ensuciar?
4
Mi amado metió su mano por el agujero, Y mis entrañas se conmovieron dentro de mí.
5
Yo me levanté para abrir á mi amado, Y mis manos gotearon mirra, Y mis dedos mirra que corría Sobre las aldabas del candado.
6
Abrí yo á mi amado Mas mi amado se había ido, había ya pasado: Y tras su hablar salió mi alma: Busquélo, y no lo hallé Llamélo, y no me respondió.
7
Halláronme los guardas que rondan la ciudad: Hiriéronme, llagáronme, Quitáronme mi manto de encima los guardas de los muros.
8
Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalem, si hallareis á mi amado, Que le hagáis saber cómo de amor estoy enferma.
9
¿Qué es tu amado más que otro amado, Oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿Qué es tu amado más que otro amado, Que así nos conjuras?
10
Mi amado es blanco y rubio, Señalado entre diez mil.
11
Su cabeza, como, oro finísimo Sus cabellos crespos, negros como el cuervo.
12
Sus ojos, como palomas junto á los arroyos de las aguas, Que se lavan con leche, y a la perfección colocados.
13
Sus mejillas, como una era de especias aromáticas, como fragantes flores: Sus labios, como lirios que destilan mirra que trasciende.
14
Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos: Su vientre, como claro marfil cubierto de zafiros.
15
Sus piernas, como columnas de mármol fundadas sobre basas de fino oro: Su aspecto como el Líbano, escogido como los cedros.
16
Su paladar, dulcísimo: y todo él codiciable. Tal es mi amado, tal es mi amigo, Oh doncellas de Jerusalem.

topo

Filipenses 2

19->
19
Mas espero en el Señor Jesús enviaros presto á Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo, entendido vuestro estado.
20
Porque á ninguno tengo tan unánime, y que con sincera afición esté solícito por vosotros.
21
Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.
22
Pero la experiencia de él habéis conocido, que como hijo á padre ha servido conmigo en el evangelio.
23
Así que á éste espero enviaros, luego que yo viere cómo van mis negocios
24
Y confío en el Señor que yo también iré presto á vosotros.
25
Mas tuve por cosa necesaria enviaros á Epafrodito, mi hermano, y colaborador y compañero de milicia, y vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades
26
Porque tenía gran deseo de ver á todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado.
27
Pues en verdad estuvo enfermo á la muerte: mas Dios tuvo misericordia de él y no solamente de él, sino aun de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.
28
Así que le envío más presto, para que viéndole os volváis á gozar, y yo esté con menos tristeza.
29
Recibidle pues en el Señor con todo gozo y tened en estima á los tales:
30
Porque por la obra de Cristo estuvo cercano á la muerte, poniendo su vida para suplir vuestra falta en mi servicio.

topo

Filipenses 3

1-11
1
RESTA, hermanos, que os gocéis en el Señor. A mí, á la verdad, no es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro.
2
Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos del cortamiento.
3
Porque nosotros somos la circuncisión, los que servimos en espíritu á Dios, y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.
4
Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno parece que tiene de qué confiar en la carne, yo más:
5
Circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, Hebreo de Hebreos cuanto á la ley, Fariseo
6
Cuanto al celo, perseguidor de la iglesia cuanto á la justicia que es en la ley, irreprensible.
7
Pero las cosas que para mí eran ganancias, helas reputado pérdidas por amor de Cristo.
8
Y ciertamente, aun reputo todas las cosas pérdida por el eminente conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y téngolo por estiércol, para ganar á Cristo,
9
Y ser hallado en él, no teniendo mi justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe
10
A fin de conocerle, y la virtud de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad á su muerte,
11
Si en alguna manera llegase á la resurrección de los muertos.

topo
Únete a nuestra comunidad
Facebook
Twitter