De Jehová es la salud: Sobre tu pueblo será tu bendición. (Selah.) Salmo 3.8
Leitura diária na versão Rayana Valera - Espanhol


Jeremias 33
Juan 11.17-57

Jeremias 33


1
Y FUÉ palabra de Jehová á Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en el patio de la cárcel, diciendo:
2
Así ha dicho Jehová que la hizo, Jehová que la formó para afirmarla Jehová es su nombre:
3
Clama á mí, y te responderé, y te enseñaré cosas grandes y dificultosas que tú no sabes.
4
Porque así ha dicho Jehová, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad, y de las casas de los reyes de Judá, derribadas con arietes y con hachas:
5
(Porque vinieron para pelear con los Caldeos, para henchirlas de cuerpos de hombres muertos, á los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues que escondí mi rostro de esta ciudad, a causa de toda su malicia:)
6
He aquí que yo le hago subir sanidad y medicina y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.
7
Y haré volver la cautividad de Judá, y la cautividad de Israel, y edificarélos como al principio.
8
Y los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí y perdonaré todos sus pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron.
9
Y seráme á mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las gentes de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago y temerán y temblarán de todo el bien y de toda la paz que yo les haré.
10
Así ha dicho Jehová: En este lugar, del cual decís que está desierto sin hombres y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalem, que están asoladas sin hombre y sin morador y sin animal, tiene de oirse aún,
11
Voz de gozo y voz de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz de los que digan: Alabad á Jehová de los ejércitos, porque Jehová es bueno, porque para siempre es su misericordia voz de los que traigan alabanza á la casa de Jehová. Porque tornaré á traer la cautividad de la tierra como al principio, ha dicho Jehová.
12
Así dice Jehová de los ejércitos: En este lugar desierto, sin hombre y sin animal, y en todas sus ciudades, aun habrá cabañas de pastores que hagan tener majada á ganados.
13
En las ciudades de las montañas, en las ciudades de los campos, y en las ciudades del mediodía, y en tierra de Benjamín, y alrededor de Jerusalem y en las ciudades de Judá, aun pasarán ganados por las manos de los contadores, ha dicho Jehová.
14
He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la palabra buena que he hablado á la casa de Israel y á la casa de Judá.
15
En aquellos días y en aquel tiempo haré producir á David Pimpollo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra.
16
En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalem habitará seguramente, y esto es lo que la llamarán: Jehová, justicia nuestra.
17
Porque así ha dicho Jehová: No faltará á David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel
18
Y de los sacerdotes y Levitas no faltará varón de mi presencia que ofrezca holocausto, y encienda presente, y que haga sacrificio todos los días.
19
Y fué palabra de Jehová á Jeremías, diciendo:
20
Así ha dicho Jehová: Si pudieres invalidar mi concierto con el día y mi concierto con la noche, por manera que no haya día ni noche á su tiempo,
21
Podráse también invalidar mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y con los Levitas y sacerdotes, mis ministros.
22
Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena de la mar se puede medir, así multiplicaré la simiente de David mi siervo, y los Levitas que á mí ministran.
23
Y fué palabra de Jehová á Jeremías, diciendo:
24
¿No has echado de ver lo que habla este pueblo diciendo: Dos familias que Jehová escogiera ha desechado? y han tenido en poco mi pueblo, hasta no tenerlos más por nación.
25
Así ha dicho Jehová: Si no permaneciere mi concierto con el día y la noche, si yo no he puesto las leyes del cielo y la tierra,
26
También desecharé la simiente de Jacob, y de David mi siervo, para no tomar de su simiente quien sea señor sobre la simiente de Abraham, de Isaac, y de Jacob. Porque haré volver su cautividad, y tendré de ellos misericordia.

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Juan 11

17-57
17
Vino pues Jesús, y halló que había ya cuatro días que estaba en el sepulcro.
18
Y Bethania estaba cerca de Jerusalem, como quince estadios
19
Y muchos de los Judíos habían venido á Marta y á María, á consolarlas de su hermano.
20
Entonces Marta, como oyó que Jesús venía, salió á encontrarle mas María se estuvo en casa.
21
Y Marta dijo á Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no fuera muerto
22
Mas también sé ahora, que todo lo que pidieres de Dios, te dará Dios.
23
Dícele Jesús: Resucitará tu hermano.
24
Marta le dice: Yo sé que resucitará en la resurrección en el día postrero.
25
Dícele Jesús: Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
26
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
27
Dícele: Sí Señor yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
28
Y esto dicho, fuése, y llamó en secreto á María su hermana, diciendo: El Maestro está aquí y te llama.
29
Ella, como lo oyó, levántase prestamente y viene á él.
30
(Que aun no había llegado Jesús á la aldea, mas estaba en aquel lugar donde Marta le había encontrado.)
31
Entonces los Judíos que estaban en casa con ella, y la consolaban, como vieron que María se había levantado prestamente, y había salido, siguiéronla, diciendo: Va al sepulcro á llorar allí.
32
Mas María, como vino donde estaba Jesús, viéndole, derribóse á sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, no fuera muerto mi hermano.
33
Jesús entonces, como la vió llorando, y á los Judíos que habían venido juntamente con ella llorando, se conmovió en espíritu, y turbóse,
34
Y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Dicenle: Señor, ven, y ve.
35
Y lloró Jesús.
36
Dijeron entonces los Judíos: Mirad cómo le amaba.
37
Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste que abrió los ojos al ciego, hacer que éste no muriera?
38
Y Jesús, conmoviéndose otra vez en sí mismo, vino al sepulcro. Era una cueva, la cual tenía una piedra encima.
39
Dice Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que se había muerto, le dice: Señor, hiede ya, que es de cuatro días.
40
Jesús le dice: ¿No te he dicho que, si creyeres, verás la gloria de Dios?
41
Entonces quitaron la piedra de donde el muerto había sido puesto. Y Jesús, alzando los ojos arriba, dijo: Padre, gracias te doy que me has oído.
42
Que yo sabía que siempre me oyes mas por causa de la compañía que está alrededor, lo dije, para que crean que tú me has enviado.
43
Y habiendo dicho estas cosas, clamó á gran voz: Lázaro, ven fuera.
44
Y el que había estado muerto, salió, atadas las manos y los pies con vendas y su rostro estaba envuelto en un sudario. Díceles Jesús: Desatadle, y dejadle ir.
45
Entonces muchos de los Judíos que habían venido á María, y habían visto lo que había hecho Jesús, creyeron en él.
46
Mas algunos de ellos fueron á los Fariseos, y dijéronles lo que Jesús había hecho.
47
Entonces los pontífices y los Fariseos juntaron concilio, y decían: ¿Qué hacemos? porque este hombre hace muchas señales.
48
Si le dejamos así, todos creerán en él: y vendrán los Romanos, y quitarán nuestro lugar y la nación.
49
Y Caifás, uno de ellos, sumo pontífice de aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada
50
Ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación se pierda.
51
Mas esto no lo dijo de sí mismo sino que, como era el sumo pontífice de aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación:
52
Y no solamente por aquella nación, mas también para que juntase en uno los hijos de Dios que estaban derramados.
53
Así que, desde aquel día consultaban juntos de matarle.
54
Por tanto, Jesús ya no andaba manifiestamente entre los Judíos mas fuése de allí á la tierra que está junto al desierto, á una ciudad que se llama Ephraim: y estábase allí con sus discípulos
55
Y la Pascua de los Judíos estaba cerca: y muchos subieron de aquella tierra á Jerusalem antes de la Pascua, para purificarse
56
Y buscaban á Jesús, y hablaban los unos con los otros estando en el templo. ¿Qué os parece, que no vendrá á la fiesta?
57
Y los pontífices y los Fariseos habían dado mandamiento, que si alguno supiese dónde estuviera, lo manifestase, para que le prendiesen.

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