Y el Señor enderece vuestros corazones en el amor de Dios, y en la paciencia de Cristo. 2 tesalonicenses 3.5
Leitura diária na versão Rayana Valera - Español


Ezequiel 35
Ezequiel 36
Apocalipsis 3.7-22

Ezequiel 35


1
Y FUÉ á mí palabra de Jehová, diciendo:
2
Hijo del hombre, pon tu rostro hacia el monte de Seir, y profetiza contra él,
3
Y dile: Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí yo contra ti, oh monte de Seir, y extenderé mi mano contra ti, y te pondré en asolamiento y en soledad.
4
A tus ciudades asolaré, y tú serás asolado y sabrás que yo soy Jehová.
5
Por cuanto tuviste enemistades perpetuas, y esparciste los hijos de Israel á poder de espada en el tiempo de su aflicción, en el tiempo extremadamente malo
6
Por tanto, vivo yo, dice el Señor Jehová, que á sangre te diputaré, y sangre te perseguirá: y pues la sangre no aborreciste, sangre te perseguirá.
7
Y pondré al monte de Seir en asolamiento y en soledad, y cortaré de él pasante y volviente.
8
Y henchiré sus montes de sus muertos: en tus collados, y en tus valles, y en todos tus arroyos, caerán ellos muertos á cuchillo.
9
Yo te pondré en asolamientos perpetuos, y tus ciudades nunca más se restaurarán y sabréis que yo soy Jehová.
10
Por cuanto dijiste: Las dos naciones y las dos tierras serán mías, y las poseeremos, estando allí Jehová
11
Por tanto, vivo yo, dice el Señor Jehová, yo haré conforme á tu ira, y conforme á tu celo con que procediste, á causa de tus enemistades con ellos: y seré conocido en ellos, cuando te juzgaré.
12
Y sabrás que yo Jehová he oído todas tus injurias que proferiste contra los montes de Israel, diciendo: Destruídos son, nos son dados á devorar.
13
Y os engrandecisteis contra mí con vuestra boca, y multiplicasteis contra mí vuestras palabras. Yo lo oí.
14
Así ha dicho el Señor Jehová: Alegrándose toda la tierra, yo te haré soledad.
15
Como te alegraste sobre la heredad de la casa de Israel, porque fué asolada, así te haré á ti: asolado será el monte de Seir, y toda Idumea, toda ella y sabrán que yo soy Jehová.

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Ezequiel 36


1
Y TU, hijo del hombre, profetiza sobre los montes de Israel, y di: Montes de Israel, oid palabra de Jehová:
2
Así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto el enemigo dijo sobre vosotros: ¡Ea! también las alturas perpetuas nos han sido por heredad
3
Profetiza por tanto, y di: Así ha dicho el Señor Jehová: Pues por cuanto asolándoos y tragándoos de todas partes, para que fueseis heredad á las otras gentes, se os ha hecho andar en boca de lenguas, y ser el oprobio de los pueblos,
4
Por tanto, montes de Israel, oid palabra del Señor Jehová: Así ha dicho el Señor Jehová á los montes y á los collados, á los arroyos y á los valles, á las ruinas y asolamientos, y á las ciudades desamparadas, que fueron puestas á saco y en escarnio á las otras gentes alrededor
5
Por eso, así ha dicho el Señor Jehová: He hablado por cierto en el fuego de mi celo contra las demás gentes, y contra toda Idumea, que se disputaron mi tierra por heredad con alegría de todo corazón, con enconamiento de ánimo, para que sus expelidos fuesen presa.
6
Por tanto, profetiza sobre la tierra de Israel, y di á los montes y á los collados, y á los arroyos y á los valles: Así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, en mi celo y en mi furor he hablado, por cuanto habéis llevado el oprobio de las gentes.
7
Por lo cual así ha dicho el Señor Jehová: Yo he alzado mi mano, que las gentes que os están alrededor han de llevar su afrenta.
8
Mas vosotros, oh montes de Israel, daréis vuestros ramos, y llevaréis vuestro fruto á mi pueblo Israel porque cerca están para venir.
9
Porque heme aquí á vosotros, y á vosotros me volveré, y seréis labrados y sembrados.
10
Y haré multiplicar sobre vosotros hombres, á toda la casa de Israel, toda ella y las ciudades han de ser habitadas, y serán edificadas las ruinas.
11
Y multiplicaré sobre vosotros hombres y bestias, y serán multiplicados y crecerán: y os haré morar como solíais antiguamente, y os haré más bien que en vuestros principios y sabréis que yo soy Jehová.
12
Y haré andar hombres sobre vosotros, á mi pueblo Israel y te poseerán, y les serás por heredad, y nunca más les matarás los hijos.
13
Así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto dicen de vosotros: Comedora de hombres, y matadora de los hijos de tus gentes has sido:
14
Por tanto, no devorarás más hombres, y nunca más matarás los hijos á tus gentes, dice el Señor Jehová.
15
Y nunca más te haré oir injuria de gentes, ni más llevarás denuestos de pueblos, ni harás más morir los hijos á tus gentes, dice el Señor Jehová.
16
Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:
17
Hijo del hombre, morando en su tierra la casa de Israel, la contaminaron con sus caminos y con sus obras: como inmundicia de menstruosa fué su camino delante de mí.
18
Y derramé mi ira sobre ellos por las sangres que derramaron sobre la tierra porque con sus ídolos la contaminaron.
19
Y esparcílos por las gentes, y fueron aventados por las tierras: conforme á sus caminos y conforme á sus obras los juzgué.
20
Y entrados á las gentes á donde fueron, profanaron mi santo nombre, diciéndose de ellos: Estos son pueblo de Jehová, y de su tierra de él han salido.
21
Y he tenido lástima en atención á mi santo nombre, el cual profanó la casa de Israel entre las gentes á donde fueron.
22
Por tanto, di á la casa de Israel: Así ha dicho el Señor Jehová: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las gentes á donde habéis llegado.
23
Y santificaré mi grande nombre profanado entre las gentes, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas y sabrán las gentes que yo soy Jehová, dice el Señor Jehová, cuando fuere santificado en vosotros delante de sus ojos.
24
Y yo os tomaré de las gentes, y os juntaré de todas las tierras, y os traeré á vuestro país.
25
Y esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré.
26
Y os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré corazón de carne.
27
Y pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos, y guardéis mis derechos, y los pongáis por obra.
28
Y habitaréis en la tierra que dí á vuestros padres y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré á vosotros por Dios.
29
Y os guardaré de todas vuestras inmundicias y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré hambre.
30
Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, porque nunca más recibáis oprobio de hambre entre las gentes.
31
Y os acordaréis de vuestros malos caminos, y de vuestras obras que no fueron buenas y os avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras iniquidades, y por vuestras abominaciones.
32
No lo hago por vosotros, dice el Señor Jehová, séaos notorio: avergonzaos y confundíos de vuestras iniquidades, casa de Israel.
33
Así ha dicho el Señor Jehová: El día que os limpiaré de todas vuestras iniquidades, haré también habitar las ciudades, y las asoladas serán edificadas.
34
Y la tierra asolada será labrada, en lugar de haber sido asolada en ojos de todos los que pasaron
35
Los cuales dijeron: Esta tierra asolada fué como huerto de Edén y estas ciudades desiertas y asoladas y arruinadas, fortalecidas estuvieron.
36
Y las gentes que fueron dejadas en vuestros alrededores, sabrán que yo edifiqué las derribadas, y planté las asoladas: yo Jehová he hablado, y harélo.
37
Así ha dicho el Señor Jehová: Aun seré solicitado de la casa de Israel, para hacerles esto: multiplicarélos de hombres á modo de rebaños.
38
Como las ovejas santas, como las ovejas de Jerusalem en sus solemnidades, así las ciudades desiertas serán llenas de rebaños de hombres y sabrán que yo soy Jehová.

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Apocalipsis 3

7-22
7
Y escribe al ángel de la iglesia en FILADELFIA: Estas cosas dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:
8
Yo conozco tus obras: he aquí, he dado una puerta abierta delante de ti, la cual ninguno puede cerrar porque tienes un poco de potencia, y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.
9
He aquí, yo doy de la sinagoga de Satanás, los que se dicen ser Judíos, y no lo son, mas mienten he aquí, yo los constreñiré á que vengan y adoren delante de tus pies, y sepan que yo te he amado.
10
Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la tentación que ha de venir en todo el mundo, para probar á los que moran en la tierra.
11
He aquí, yo vengo presto retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
12
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi nombre nuevo.
13
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias.
14
Y escribe al ángel de la iglesia en LAODICEA: He aquí dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios:
15
Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. ¡Ojalá fueses frío, ó caliente!
16
Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
17
Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo
18
Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez y unge tus ojos con colirio, para que veas.
19
Yo reprendo y castigo á todos los que amo: sé pues celoso, y arrepiéntete.
20
He aquí, yo estoy á la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré á él, y cenaré con él, y él conmigo.
21
Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
22
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias.

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